Múltiples artículos se han escrito referidos al
proceso encaminado a derrumbar la iglesia Parroquial Mayor de Santa Clara. Las
preocupaciones, exigencias o gestiones realizadas por diferentes personalidades
y organismos datan desde los inicios de la segunda mitad del siglo XVIII y que
se suceden con carácter reiterado hasta 1923.
Es a partir de 1754, a los 62 años de
fundada la iglesia por los moradores de la villa, que aparece constancia
reiterada en actas capitulares del ayuntamiento santaclareño la preocupación
por ampliar, modificar o remodelar el hoy llamado parque Leoncio Vidal Caro de
la ciudad santaclareña[1].
Las autoridades locales abogaban constantemente por
destruir, reducir o cambiar la imagen de las áreas aledañas a la iglesia
Parroquial Mayor, unas veces mediante la solicitud de un terreno situado frente
al templo o cercano a la llamada Puerta del Perdón (1754)[2], otras
para eliminar el cementerio, propiedad de la Iglesia, por razones
higiénico sanitarias[3], y que estuvo en ese lugar hasta 1809,
o por la necesidad de eliminar los muros o paredes que rodeaban el frente del
templo por causar molestias al público (1840).
Otras veces, las autoridades coloniales manifestaban
abiertamente su rechazo al recinto religioso porque según ellos existía un ambiente de malestar social en esa área por
lo que se producían repetidos escándalos y desórdenes.
Resulta insólito que una dama de tanto abolengo como
Rosa González Abreu de Grancher, la hermana mayor de Marta Abreu de Estévez, en
1885 ya estaba interesada en desbaratar la iglesia para construir otra nueva
con los propios recursos, por lo que le propuso al Obispo de La Habana, Monseñor Manuel
Santander y Frutos, derrumbar la iglesia para, supuestamente construir con los
materiales aprovechables otro templo con características más modernas, idea que
fue rechazada, e impuso la condición de que construyera previamente la nueva
iglesia. Similar criterio sostuvo su hermana Rosalía González Abreu de Sánchez
Toledo cuando dispuso sustituir la vetusta y destartalada Iglesia Mayor, por
otro templo., actitud que fue reconocida como
gesto de caridad por el periódico local El Mosaico.
A principios de 1894 se propone al ayuntamiento que
se inicie una suscripción popular para la construcción de un busto o estatua a la Sra. Dña. Marta Abreu de
Estévez… “que se colocara en la casa del pueblo, ó en el punto que designe la
corporación como demostración del cariño y simpatía que este pueblo siente y
profesa a tan distinguida dama”[4]
A principios del siglo XX, en 1907, los gobernantes y
alcaldes de turno comenzaron a considerar la ampliación del parque Vidal, siendo
el principal promotor del derrumbe el Licenciado Antonio Berenguer Sed que
concibió, redactó y presentó al ayuntamiento un proyecto que incluía el plano
del nuevo parque. Es a partir de esta fecha que supuestamente apareció la idea
definitiva de la desaparición de la iglesia que era un obstáculo para la
ampliación del parque, que siendo el punto más céntrico de la ciudad, ya resulta
pequeño para las necesidades a que estaba destinado.
La Administración Municipal
de Santa Clara, en sesión celebrada el 27 de abril de 1911, tomó el acuerdo de
la erección de la estatua de la benefactora y de la reconstrucción del parque
Vidal, utilizando el espacio ocupado por la Iglesia Mayor, no
existiendo sobre la desaparición de esta
ningún otro antecedente[5]
Resulta muy esclarecedor, un artículo dado a conocer
en La Publicidad
del 1º. de febrero de 1915 referida a la “labor del Senador Berenguer en
beneficio de su pueblo…” donde se afirma: …
“Fresca aun la ley concediendo el crédito para esa obra necesaria y
sacada a pública subasta la ejecución de la misma, labora el Senador Berenguer
para que se ensanche el paseo Vidal, destruyéndose la iglesia para cuyo fin
hace las gestiones necesarias, y casi podemos dar por un hecho que el Obispado
de Cienfuegos llegará a un acuerdo con el gobierno, muy satisfactorio para
ambos. El ilustre Senador Berenguer propone que al ensancharse el Paseo Vidal y
destruirse la Iglesia,
quede en pie como un recuerdo del pasado desafiando al tiempo, el viejo
campanario que abajo aguarda avaro la reliquia, donde tantas y tantas
generaciones recibieron el agua regeneradora del bautismo, como un homenaje de
lo que la piqueta demoledora del progreso respeta…”[6] El 30
de agosto de 1916 se autoriza la expropiación de la Iglesia Mayor.
El Sr. Pedro Camps y Camps[7] y
otros congresistas, el 3 de diciembre de 1917, presentaron proposición de ley
donde concedieron un crédito de $150 000.00 pesos para la adquisición de la
iglesia y la construcción del parque Leoncio Vidal.
En la visita efectuada el 22 de marzo de 1920 por
Pedro Estévez Abreu, su esposa e hijos acompañados por el alcalde municipal
Manuel Ruiz, además de visitar asilos y escuelas, fueron a la Iglesia Mayor, y alertó
el Sr. Estévez a las autoridades locales que..."se debe mantener intacta la Iglesia Mayor
embelleciendo con jardines, sin tocar su fachada ni interior”… “De que la
estatua sea colocada al Oeste, es decir por donde se va ensanchando la ciudad”7
A los cuatro días siguientes se divulga en este
periódico otro artículo “Por nuestro parque” donde se enfatiza en acudir a un
Plebiscito y al Congreso para concretar o no, lo del derrumbe.
El 18 abril de 1921 fue sometido a consideración del
Consejo Provincial, el proyecto de acometer la obra a cargo de la Provincia y se aprueba
la adquisición mediante compra o expropiación de las
propiedades de la Iglesia: del terreno y edificios propiedad de la misma en
las esquinas de las calles Colón y Santa Clara (actual Tristá) y los que lindan
con el referido parque. Ya por esta fecha se aprueba el derrumbe de los mismos,
y la construcción de la ampliación del parque de acuerdo con el plano de abril
de 1915, en el cual según el Ayuntamiento,
“figuraba el emplazamiento de la estatua, un lugar inmediato a la torre de
dicho templo, se acordó por unanimidad que en ese sitio se emplazase aun cuando
fuera preciso para ello demorar la erección en tanto se demoliera la iglesia;
sin perjuicio de designar otro sitio, si ese proyecto fracasase”[8]
En documento oficial del gobierno de la provincia de
Santa Clara de fecha julio 16 de 1927 se informa… “que la iglesia Católica,
Apostólica y Romana, ha establecido ante el Juzgado de Primera Instancia de
este Partido, una nueva demanda contra la administración, y contra el municipio
de Santa Clara, reclamando la devolución del terreno anexo a la demolida
Iglesia Mayor de esta ciudad, que estima pertenecerle”, cuya solicitud continuó
sus trámites correspondientes.
En 1923 el periódico Federación en su artículo
"El derrumbe de la iglesia”, también hace alusión al primer picaso que
sufrirá el templo con posterioridad, al traslado de todas las imágenes para la
iglesia de la Divina
Pastora, otras fueron a parar a hogares de diferentes fieles
como Celia Arencibia Díaz[9]. La
pila bautismal10, símbolo identitario
del pueblo pilongo fue depositada en una de las salas del Gobierno Provincial,
allí estuvo hasta que en el año 1934 fue destinada a la iglesia del Carmen...
“que hoy disfruta los honores de Iglesia Parroquial”11
Es a partir del martes 17 de abril de 1923 que
comenzaron a quitarse las losas alegóricas de la puerta principal de la
entrada, colocadas en la parte de arriba del exterior del templo y que poseía
desde su fundación, se alegó que los referidos mosaicos fueron arrancados y
situados en el Ateneo y luego desaparecieron.
Afirma Manuel García Garófalo Mesa en un artículo
titulado “Cosas de antaño, sagrada efigie”, que hubo diferentes donaciones de
imágenes a la
Parroquia Mayor: la del Santo Cristo, de la Santísima Virgen
y la de San Juan, las que fueron trasladadas para la iglesia de la Pastora y que las dos
últimas imágenes, desaparecieron bajo la picota demoledora de la Parroquia”, además, las
partituras musicales y obras creativas12
Fue tanta la significación del querido templo que
según cuenta el Coronel del Ejército Libertador Cubano Serafín García Ramos en
el libro “Al trote y sin estribos” que siendo estudiante del Instituto de II
Enseñanza de Villaclara al decidir levantarse en armas contra España durante la
guerra necesaria (1895) dejó estampada sus iniciales y una bandera cubana en el
tronco de la palma real situada frente a la torre de la Iglesia Mayor,
centro muy frecuentado por los estudiantes de aquella época; rúbrica que sirvió
para que los educandos que frecuentaban el lugar conocieran del destino tomado
por uno de sus compañeros.
A pesar de las reiteradas intenciones por derrumbar
el templo por parte de los círculos de poder y funcionarios de turno,
paralelamente a ello en el periódico local “La Publicidad” divulgó intensamente
una pléyade de protestas, por intelectuales y personalidades destacadas de la
ciudad, quienes de manera diáfana expresaron su más enérgica censura.
[1]A través de la Historia, el actual
parque tuvo diversos nombres; Plaza de Armas, Plaza Mayor, Plaza de la Constitución, Parque el
Recreo, y el que ostenta hoy
[2]Solicitado el paño de tierra
situado frente a la puerta del perdón por el Teniente de Real Hacienda D.
Felipe Sarduy. Según plantea el Dr. Manuel García Garófalo en sus tradiciones
villaclareñas p. 25 es la que da a la capilla del Rosario por lo que se le
conoce con el nombre simbólico de la
Puerta del Perdón
[3] El cementerio estuvo
ubicado hacia el Sur, espacio que hoy ocupa parte del parque de la ciudad,
estuvo en ese lugar hasta 1809. El Obispo Juan José Díaz Espada y Fernández de
Landa desde el comienzo de su episcopado se preocupó por la salud e higiene de
la población, ordenó el traslado del cementerio hacia el exterior de las
ciudades y prohibió los enterramientos en las iglesias, al visitar la
villa en 1804, ordenó el traslado del cementerio para las afueras de la villa.
4
Actas Capitulares del cabildo de Santa Clara.
t. 45, folio 12, Año 1894. Archivo Histórico Provincial de Villa Clara.
Fondo Ayuntamiento de Santa Clara.
[5] Presupuesto ordinario de
gastos e ingresos para el año económico de 1911. Municipio de Santa Clara.
Alcaldía municipal de Santa Clara. p 243
6
Ejercía
por ese entonces el Obispo Sr. Fray Aurelio Torres y Sanz, primer obispo que
tuvo la Diócesis
de Cienfuegos, sacerdote cubano de la
Orden de los Carmelitas Descalzos. La Diócesis de Cienfuegos
fue creada el 20 de febrero de 1902.
7 Referido en el periódico
local La Publicidad
del día 24 de marzo de 1920, p 2 col 1-2
8
Referido
en La Publicidad
del día 5 de marzo de 1921, p 1 col 1-2
9 Según cuentan, albergó en
su hogar la imagen del Sagrado Corazón de Jesús; convirtió la casa de su madre
en un calvario, donde oraba diariamente, y ya enferma y anciana, se negó a
entregarlo. Celia perteneció a las archicofradías Hijas de María y Apostolado
de la Oración.
10
El 8 de
marzo de 1868 fue colocada con toda solemnidad una pila bautismal adquirida en La Habana por iniciativa del párroco
Luciano Santana y donativos de fieles, por lo que en la actualidad resulta
imposible determinar el paradero que tomó la pila procedente del Monte Capiro,
aunque quedó en el corazón y en la conciencia de los ciudadanos de Santa Clara
la tradición de ser auténticos pilongos y se suman a una eternidad de renovado
orgullo de llamarse y sentirse pilongos. Distinción atribuida a los bautizados
en la primera pila bautismal de la parroquia Mayor hasta 1868
11 Berenguer Sed, Antonio. Potpourri literario, p. 30
Fondo Biblioteca Archivo Histórico Provincial.
12 En 1894 llega a Cuba Cándido
Herrero Narro, profesor de piano y canto, procedente de Madrid, España. Se
estableció en Santa Clara y asumió la dirección de la Parroquia Mayor,
estuvo vinculado a diferentes bandas civiles y militares de la ciudad. Todas
sus partituras musicales y obras creativas desapareció con el derrumbe del
templo mayor
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Foto tomada en su demolición
Vista del parque Leoncio Vidal Caro de la ciudad
santaclareña (1925), después de la demolición de la iglesia Mayor
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