Ir al contenido principal

Memorias del bicentenario de la fundación de Santa Clara.


Entre los festejos que celebraban los cubanos del siglo XIX, se encontraban las ferias- exposiciones, una de gran connotación cultural, en Santa Clara, fue la efectuada por el bicentenario de la fundación de la ciudad en 1889.

Desde el año anterior a la celebración, el gobierno local propuso un Proyecto de Reglamento de la Feria Exposición y lo sometió a la consideración de los funcionarios que participaron en la reunión del Ayuntamiento Municipal del 7 de febrero de 1888 y le dio continuidad con nuevos acuerdos, recogidos en las actas de otras reuniones celebradas a lo largo de ese año y de 1889. Dicho documento fue aprobado por unanimidad, con la correspondiente observación de que se sometiese a la aprobación del gobernador provincial y que se eligieran por unanimidad los señores propuestos para formar la Junta Central que asumiría la preparación del evento, y el Jurado para evaluar y premiar las obras presentadas. También se sometieron a consenso otros preparativos como la reconstrucción del local destinado a la exposición de objetos en dicha Feria y los demás detalles organizativos y de adquisición de recursos para la realización de la misma.
Para la Junta Central, el Gobernador Civil fue propuesto como presidente de honor; como presidente efectivo, al Alcalde Municipal y para vicepresidentes el primer y el segundo Tenientes de Alcalde; los vocales fueron varios concejales y vecinos de la ciudad.
El Jurado lo conformaron, personalidades como José Pertierra y Alberrome, presidente de honor y presidente  efectivo a Luis Estévez y Romero, esposo de la benefactora Marta Abreu, pero como no le fue posible asistir se acordó sustituirlo por Bonifacio Álvarez Mijares, y entre los vicepresidentes se hallaba Vicente González Abreu, tío de Marta Abreu, de conjunto con otras personalidades. Los vocales representaban las diferentes profesiones que requería la variedad de productos que se expusieron  en la feria. 
El local ocupado para la feria quedaba detrás de la Casa Capitular en un estado ruinoso que había sido cárcel, primero y depósito de esclavos, después y que el gobierno de Santa Clara, presidido, en ese momento, por Rafael Tristá, acordó reconstruir a fin de que después de la feria-exposición quedara para dos escuelas de artes y oficios o taller de aprendizaje [i]. 
Desde el 15 de julio de 1888 iniciaron la reconstrucción del edificio, ese día colocaron la primera piedra y se realizó el acto de bendición por el Presbítero Padre Juan J. González, en una altar provisional, construido al efecto y debajo de la piedra, como era costumbre en la época, colocaron una caja de metal que contenía un acta del acuerdo de celebrar la feria, un ejemplar de la obra de Manuel Dionisio González, ¨Memoria histórica de la villa de Santa Clara y su jurisdicción¨, una foto de su autor, un ejemplar de cada uno de los periódicos que circularon en la ciudad ese día, uno de La Gaceta de La Habana y otro de El País, monedas de diferentes acuñaciones y valores y sellos con los que la Instrucción Pública condecoraba a los alumnos destacados. Esta obra quedó concluida en diciembre del propio año, bajo la supervisión diaria de una comisión creada por el Ayuntamiento, para ello.
El costo fue de diez mil pesos de los cuales, ocho mil se destinaron a la reconstrucción y dos mil para reformarlo en escuelas. También se designaron dos mil pesos para los premios. De estos doce mil pesos que fueron los costos de la obra y la premiación de la feria, en total, las hermanas Rosa, Marta y Rosalía Abreu Arencibia donaron dos mil, el Ayuntamiento Municipal contribuyó con cuatro mil, la Diputación Provincial con dos mil. Además de otras alternativas que el gobierno local buscó para recaudar fondos, tanto para la reconstrucción del edificio como para los premios y otros gastos inherentes a la feria, entre ellas la realización de un bazar en la calle Santa Elena, actual Independencia, durante las veladas de la Cruz de Mayo o Verbena de la calle Santa Elena del año anterior (1888). Este bazar produjo dos mil pesos de ganancias y el producto de las ventas generado de la propia feria fue de dos mil pesos. La iglesia Parroquial Mayor de Santa Clara hizo un donativo de 200 pesos para la misma.
Se organizaron diferentes secciones en áreas especializadas: la primera para la agricultura, la segunda para la industria, la tercera destinada a la ciencia y la cuarta a las bellas artes y las letras. 
En la de la agricultura se presentaron muestras de los productos que se cultivaban en la jurisdicción santaclareña. En la destinada a la industria se expusieron minerales existentes en la región central y productos de Balmeología (aguas minerales, termales, sulfurosas y salitreras), ejemplos de trabajos de ingeniería civil y arquitectura, tejidos de diferentes fibras de la industria manufacturada, mostraron tabacos  elaborados, cigarros, azúcar, conservas alimenticias, frutas procesadas para la exportación de dulces, aguardiente, chocolate, carpintería, alfarería, zapatería. La tercera, la de la ciencia mostró objetos relacionados con el estudio científico. La cuarta, de las bellas artes y las letras expuso pinturas de diferentes técnicas: acuarela, al óleo, dibujos, escultura, grabados tallados, fotografías y obras importantes de historia, didáctica, poesía, entre otras.
Se otorgaron premios en metálico, diplomas, plumas de oro, medallas de oro y plata y otros obsequios.
Los primeros premios recayeron en seis mejores trabajos consistentes en:
Un estudio para la instalación del acueducto de la ciudad con análisis cualitativo y cuantitativo de las aguas potables de que se servía la población.
Una colección de nombres del Escambray debidamente clasificados.
Colecciones: paleontológica de ejemplares recogidos en la provincia, de útiles, trajes, joyas, armas y objetos antiguos y de periódicos publicados en esta ciudad.
Premios especiales a los municipios con mejores presentaciones, entre ellos estuvo Ranchuelo con una muestra de ganado vacuno.
En la sección de bellas artes y letras fueron premiadas varias obras presentadas, entre ellas:
Medalla de Plata a Mariano Clemente Prado López por su obra didáctica "Gramática Castellana y Retórica".
Medalla de Oro al destacado poeta local Manuel Serafín Pichardo por el poema “A Villaclara”.
Premio especial a la obra de Manuel Dionisio González, "Memoria histórica de la villa de Santa Clara y su jurisdicción", entre otras muchas, relacionadas con todas las ramas del saber, expuestas allí.
Hubo también actividades religiosas, artísticas y culturales en diferentes puntos de la ciudad:
En la apertura de la Feria Exposición, el 15 de julio de 1889, “había un entusiasmo formidable, la orquesta bajo la reputada dirección del maestro Don Néstor A. Palma, ejecutó magistralmente la marcha “A Villaclara”, del compositor Celestino Saldurní, la que fue premiada por el jurado con medalla de oro en el certamen del Liceo”[2]. Durante los días que duró la Feria Exposición salió a la luz un folleto con este nombre cuyo director lo fue José Braulio Alemán Urquía, destacado periodista local.
En el parque el Carmen se efectuó, la noche del 14 de julio, la tradicional velada con fuegos artificiales esperando el 15, día de la fundación de la villa.
El día 15 se inició el evento con una misa solemne y sermón.
En el hipódromo[3] se realizó el día 18 un baile.
En el teatro Caridad actuó el Coro Catalán.
Hubo competencias de carreras de caballos en el hipódromo, y otras actividades deportivas en las inmediaciones de la ciudad. 
La Feria-Exposición funcionó desde el día 15 de julio hasta el 31 de ese mes y participaron en la misma, el Gobernador y otros funcionarios de la Diputación Provincial, Ayuntamientos Municipales, así como naturales de esta ciudad, radicados en La Habana y pueblo en general, aún los más humildes porque los dos últimos días (30 y 31 de julio) la entrada era gratuita. También se le solicitó al Teniente Gobernador General que concediera permiso a los militares para que pudieran visitar la feria-exposición.
Este evento fue el reflejo del desarrollo alcanzado en la ciudad, sirvió para mostrar los adelantos en la ciencia y la técnica, en la agricultura, la industria, en las bellas artes y en las letras por lo que se puede tomar como ejemplo para analizar la influencia que la labor educativa de los maestros había ejercido en el desarrollo de potencialidades culturales, artísticas y científicas, teniendo en cuenta la capacidad creativa y el incentivo para la producción de bienes materiales que hacen más agradable la vida al hombre, el rescate de valores históricos y de identidad local, esto estuvo presente en las obras expuestas y especialmente en las premiadas.


Notas 


1 El lugar para la Feria- Exposición se situó en la cuadra de las calles San José e/  Calvario y Las Flores; ahora, Villuendas e/ Marta Abreu y Callejón de Padre Chao, en aquel momento el edificio se señalizaba con el número 14 y quedaba al fondo de la Casa Consistorial, la que tenía su frente para la Plaza Mayor (ahora Parque Vidal). Dicho edificio después se convirtió en escuela pública y en 1895 se inauguró como Dispensario ¨El Amparo¨, actualmente lo ocupa ETECSA.
2 Villaclara Médica. Órgano oficial del CMFD. Edición Especial. Tomo I, 1942, p. 11
3 El hipódromo estaba donde ahora está la fábrica INPUD (Industria Nacional Productora de Utensilios Domésticos).
Por: MSc. Adela D. González Alamo
        MSc. Heddy H. Aguila Zamora

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Algunas calles de Santa Clara

Las calles en Santa Clara a través de los tiempos han tenido varios nombres, sin embargo, prima en los santaclareños en su gran mayoría los nombres antiguos como parte de la fuerte tradición popular.

Marta Abreu escrita en versos

Santa Clara (Cuba) ha sido siempre cuna de poetas, patriotas y maestros. En sus calles dignificaron la villa mujeres extraordinarias: Martina Lorda Ortegosa, Javiera Consuegra, Mercedes Valdés Consuegra, Carmen Gutiérrez Morillo, Inés Morillo, Carolina Rodríguez Suárez (La Patriota), María del Carmen Avalos, Nicolasa Pedraza Bonachea y la inolvidable benefactora Doña Marta de los Angeles Abreu Arencibia. (1845-1909).

Iglesia Parroquial Mayor Antecedentes de un derrumbe

Múltiples artículos se han escrito referidos al proceso encaminado a derrumbar la iglesia Parroquial Mayor de Santa Clara. Las preocupaciones, exigencias o gestiones realizadas por diferentes personalidades y organismos datan desde los inicios de la segunda mitad del siglo XVIII y que se suceden con carácter reiterado hasta 1923.